Destruir nuestras tierras, despojarnos de nuestros derechos,
eliminar servicios públicos e invertir en infraestructuras de
dudosa utilidad para seguir manteniendo el tan ansiado
crecimiento económico. ¿Hasta cuándo?
¿Qué nos mantiene vivas, qué debemos conservar y cómo debemos habitar la tierra para crear sociedades justas en un planeta del que seguimos esquilmando recursos sin tener en cuenta sus límites? Estas son las claves que la activista ecofeminista Yayo Herrero siempre señala como esenciales para empezar a construir un nuevo modelo de convivencia y abandonar así el actual capitalismo depredador que le ha declarado la guerra a la vida. Un capitalismo que deja fuera todo a lo que no puede asignar un valor monetario: la crianza, los cuidados, la fotosíntesis, el ciclo del agua... sin los cuales la vida no sería posible.
Estas reflexiones están muy alejadas de las agendas y los discursos de nuestra clase política pero la conciencia ecológica, esencial para avanzar hacia un Estado del buen vivir, ya se ha infiltrado en el Congreso donde esperemos consiga echar raíces. La Comisión de Cambio Climático ha pasado a tener rango legislativo y entre sus prioridades está la aprobación de una ley de cambio climático y transición energética. Pero no vale cualquier ley; los objetivos de reducción de emisiones de CO2 deben ser ambiciosos y las políticas verdes deben acabar impregnando todos los ministerios y coordinarse con el ámbito autonómico y municipal.
Recuperar el tiempo perdido ante la inacción climática del PP en estos últimos años es vital. Mientras la ministra Tejerina ha prometido que la elaboración de la ley se llevará a cabo mediante un proceso participativo con presencia de la sociedad civil, las más de 400 organizaciones integrantes de Alianza por el Clima esperan que esta vez el gobierno no defraude y tenga en cuenta su documento de propuestas: antes del 2050 nuestra economía debe prescindir del carbón y el petróleo.
En España, las pérdidas económicas relacionadas con el clima en los últimos 30 años ascienden a casi 1.000 millones al año según el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente, que sitúa a nuestro país en un punto crítico: las olas de calor, inundaciones, sequías y tormentas serán cada vez más frecuentes e intensas debido al cambio climático. Es una pena que el gobierno de Rajoy siga haciendo caso omiso a los informes y prefiera alinearse con las resistencias -el lobby energético y el petrolero, entre otros- al cambio de modelo productivo.
Electricidad limpia, impuestos que penalicen a los sectores más contaminantes y favorezcan las actividades libres de carbono, un transporte sin combustibles fósiles son algunas de las medidas propuestas por Alianza por el Clima, sin olvidar tampoco a las poblaciones y sectores más vulnerables que sufren las consecuencias del calentamiento global y necesitan financiación suficiente para adaptarse a estos efectos.
Se trata en definitiva de apostar por la vida, como ya lo están haciendo miles de personas en todo el mundo reinventando la agricultura, la producción y el consumo de energía, apostando por la economía colaborativa... Lo que para muchas personas sigue siendo una utopía se transforma en historias de éxito reales en el documental "Demain". Su visionado es la mejor terapia para empezar el año con ganas de "defender la alegría como una trinchera" al más puro estilo Benedetti y seguir construyendo una manera diferente de hacer las cosas, que nos asegure un futuro cercano en el que podamos vivir y convivir en armonía con la naturaleza.
Arantxa García Gangutia ( )
¿Qué nos mantiene vivas, qué debemos conservar y cómo debemos habitar la tierra para crear sociedades justas en un planeta del que seguimos esquilmando recursos sin tener en cuenta sus límites? Estas son las claves que la activista ecofeminista Yayo Herrero siempre señala como esenciales para empezar a construir un nuevo modelo de convivencia y abandonar así el actual capitalismo depredador que le ha declarado la guerra a la vida. Un capitalismo que deja fuera todo a lo que no puede asignar un valor monetario: la crianza, los cuidados, la fotosíntesis, el ciclo del agua... sin los cuales la vida no sería posible.
Estas reflexiones están muy alejadas de las agendas y los discursos de nuestra clase política pero la conciencia ecológica, esencial para avanzar hacia un Estado del buen vivir, ya se ha infiltrado en el Congreso donde esperemos consiga echar raíces. La Comisión de Cambio Climático ha pasado a tener rango legislativo y entre sus prioridades está la aprobación de una ley de cambio climático y transición energética. Pero no vale cualquier ley; los objetivos de reducción de emisiones de CO2 deben ser ambiciosos y las políticas verdes deben acabar impregnando todos los ministerios y coordinarse con el ámbito autonómico y municipal.
Recuperar el tiempo perdido ante la inacción climática del PP en estos últimos años es vital. Mientras la ministra Tejerina ha prometido que la elaboración de la ley se llevará a cabo mediante un proceso participativo con presencia de la sociedad civil, las más de 400 organizaciones integrantes de Alianza por el Clima esperan que esta vez el gobierno no defraude y tenga en cuenta su documento de propuestas: antes del 2050 nuestra economía debe prescindir del carbón y el petróleo.
En España, las pérdidas económicas relacionadas con el clima en los últimos 30 años ascienden a casi 1.000 millones al año según el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente, que sitúa a nuestro país en un punto crítico: las olas de calor, inundaciones, sequías y tormentas serán cada vez más frecuentes e intensas debido al cambio climático. Es una pena que el gobierno de Rajoy siga haciendo caso omiso a los informes y prefiera alinearse con las resistencias -el lobby energético y el petrolero, entre otros- al cambio de modelo productivo.
Electricidad limpia, impuestos que penalicen a los sectores más contaminantes y favorezcan las actividades libres de carbono, un transporte sin combustibles fósiles son algunas de las medidas propuestas por Alianza por el Clima, sin olvidar tampoco a las poblaciones y sectores más vulnerables que sufren las consecuencias del calentamiento global y necesitan financiación suficiente para adaptarse a estos efectos.
Se trata en definitiva de apostar por la vida, como ya lo están haciendo miles de personas en todo el mundo reinventando la agricultura, la producción y el consumo de energía, apostando por la economía colaborativa... Lo que para muchas personas sigue siendo una utopía se transforma en historias de éxito reales en el documental "Demain". Su visionado es la mejor terapia para empezar el año con ganas de "defender la alegría como una trinchera" al más puro estilo Benedetti y seguir construyendo una manera diferente de hacer las cosas, que nos asegure un futuro cercano en el que podamos vivir y convivir en armonía con la naturaleza.
Arantxa García Gangutia ( )