Ante la emergencia climática que YA sufrimos: Soluciones y no declaraciones
Nosotras, las personas afectadas por el cambio climático nos levantamos y manifestamos por nuestra vida en un entorno digno y sano. Exigimos a los gobiernos locales, autonómicos, nacionales e internacionales que cumplan con su deber de proteger la vida y el futuro de todas las personas. Exigimos una respuesta suficiente y adecuada contra la crisis climática que atravesamos, a través de una transformación sin precedentes que ponga en el centro a las personas, la ciencia, la salud, la reducción de las desigualdades y la justicia climática.
El año 2023 se ha convertido en el año más caluroso de la historia de la humanidad, y tras otro año 2022 de récords sin precedentes, los efectos del cambio climático ya impactan de forma desastrosa a millones de personas en nuestro territorio y en el resto del planeta. Las olas de calor, las sequías extremas, las lluvias torrenciales, los incendios forestales… están causando miles de víctimas mortales. Unas pérdidas y daños que se dan especialmente en las mujeres y los colectivos y países más vulnerables, cuya responsabilidad histórica ante la emergencia climática es muy pequeña o inexistente.
Esto no es justo. No es justo porque mientras, grandes empresas contaminantes, transnacionales y del Ibex35, obtienen miles de millones de euros de beneficios cada año a costa de los bolsillos de toda la ciudadanía, al tiempo que aceleran la crisis climáticas y las desigualdades se acrecientan.
Por todo ello, en el marco de un llamamiento internacional nos movilizamos como personas afectadas y en solidaridad con los países del Sur global más impactados por la crisis climática. Mientras los gobiernos mundiales se reúnen en Dubai en la COP28, nos unimos en esta movilización por la falta de ambición y algunas malas prácticas de los gobiernos nacionales, regionales y locales, y la codicia de las grandes empresas y la industria fósil. Al mismo tiempo reclamamos el respeto a los derechos de libertad de expresión y reunión, en la COP28 y en todo el mundo, así como la liberación de las personas presas en EAU por ejercerlos. Exigimos que se inicien de forma inmediata los cambios necesarios para afrontar la crisis climática en las políticas energéticas, urbanas, agrarias, sociales y económicas, que protejan a las personas, especialmente a las mujeres, y al planeta frente a las múltiples agresiones que nos dejan cada vez más expuestas y ante “las puertas del infierno climático”, en palabras del Secretario General de Naciones Unidas.